A cielo abierto, encontré al Padre de los Nevados con su esplendor, y grandeza junto a uno se sus habitantes que día tras día adornan sus faldas y elevan su Grandeza.

L
Los amantes no se encentran, finalmente en un lugar, están el uno junto al otro desde el principio.
Eres el resplandor y calor, que alumbra el sendero del caminante.
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